La expectativa de vida en nuestro entorno es alta:84 años para las mujeres y 79 para los varones. Sin embargo, no es tan importante alargar la vida comoconseguir que se disfrute de la vejez en las mejores condiciones posibles.
En el caso de la mujer, el cese de la menstruación laenfrenta al hecho real del envejecimiento, y el desconocimientoen parte de este proceso dificulta lacomprensión y el entendimiento de algunos de los fenómenos climatéricos. Por otro lado, tanto la menopausiacomo el envejecimiento, se ven influenciadospor un entorno ambiental, psicoemocional-social en el que se halla inmersa cada mujer en concreto y
que no siempre es fácil de objetivar y cuantificar.
A menudo, la mujer en la menopausia se enfrenta aun entorno social que le afecta negativamente y que
ya fue descrito por Voda y Eliasson de la siguientemanera “envejecen en una sociedad en la que se
prima a la juventud, sus hijos ya no las necesitan y en cambio aumentan sus responsabilidades frente a
padres y suegros ya ancianos”.
¿Por qué envejecemos?
Existen varias teorías que responderían a esta pregunta, pero quizás la de los “radicales libres” ha sido
la clave para abrir la puerta de las formas de actuación de la Medicina Antienvejecimiento anunciando
a los antioxidantes como la mejor terapia.
La vejez es la pérdida progresiva de las funciones de cada célula, cada órgano y cada aparato, y la velocidad con la que ocurre depende de la base biológica y del estilo de vida de cada individuo. Todo parece indicar que lo que nos hace envejecer y lo que provoca buena parte de los procesos degenerativos es el exceso de radicales libres en el organismo, tal y como fue descrito por Harman en el año 1956, moléculas con uno o más electrones no pareados en su órbita externa, que son muy reactivos y pueden degradarotras moléculas como glúcidos, lípidos, proteínas y ADN principalmente. A más producción de radicales libres por un organismo, mas probabilidades de oxidación de moléculas y por tanto más degradación de células, tejidos y órganos, lo que conlleva más envejecimiento
del organismo en su conjunto.
Pues bien, los radicales libres pueden contrarrestarse con antioxidantes que impiden la excesiva formación
de radicales libres y neutralizan ciertos metales que son iniciadores de procesos oxidativos. Además, anulan
los compuestos de oxígeno reactivo ya formados, revierten parte de los daños ocasionados y contrarrestan
los efectos de las lesiones orgánicas permitiendo su parcial degeneración. Los alimentos con mayor poder antioxidante son, el aceite de oliva, el ajo, la soja, el té, el vino tinto, las aceitunas, el pescado azul (por su aceite Omega-3), algunas verduras y determinadas frutas. Sin embargo, la administración
de antioxidantes se debe valorar de forma seria e individualizada, ya que no todos necesitamos
reforzar los mismos elementos.
Y en esta premisa se basa la medicina antienvejecimiento que incluye exámenes que comprueban el
grado de oxidación de cada individuo y su capacidad de respuesta ante éste, pero no olvidemos que el
25% de la longevidad depende de la herencia genética, y eso de momento es inamovible.
Los principales antioxidantes son las vitaminas C y E, el betacaroteno o provitamina A, la Glutation
peroxidasa y, en menor medida, las vitaminas B3, B6, B8 y B12, el Gingko Biloba, la coenzima Q-10
y algunos minerales.
Prepararse para una vejez satisfactoria donde se pueda vivir el mayor tiempo posible con autonomía y disfrutando de la edad, lleva aparejado como estilo de vida, no fumar, no engordar, hacer ejercicio y tener
un sentido optimista de la vida.
Realizado por: Sandra Obando
http://weblog.maimonides.edu/gerontologia2007/2008/05/determinadas_terapias_antienve.html (1)
http://es.paperblog.com/el-aceite-de-oliva-terapia-antienvejecimiento-181662/(2)
http://www.portalesmedicos.com/servs/botox_terapia_antienvejecimiento.htm(3)
http://es.paperblog.com/el-aceite-de-oliva-terapia-antienvejecimiento-181662/(4)
(5) http://www.nexusediciones.com/pdf/gine2005_3/gi-6-3-001.pdf